El liderazgo y
todo lo que ello implica es una de las habilidades más importantes de
todo buen entrenador. Los intentos por comprender el liderazgo deben
centrarse en él porque la gente se somete, mas que en el cómo una
persona influye en otra.
Schein (1970), decía que las personas se someten como consecuencia de un
contrato psicológico; quiere decir que las personas hacen muchas cosas
porque creen que deben hacerse, y que por aquello que realizan, deberán
ser recompensados en forma de remuneración, regalos, o privilegios.
En todo grupo humano, tiene que haber
alguien que establezca las metas comunes, indique el camino y los
métodos que deben seguirse; marque los roles correspondientes a cada uno
de los integrantes del grupo, active emocionalmente a los deportistas
para que cumplan con las metas prefijadas, y elimine los posibles
problemas que puedan surgir. La figura que necesariamente debe llevar a
cabo todas estas funciones, es el
entrenador.
Todos hemos aprendido a responder a la
autoridad, mediante nuestras propias experiencias con nuestros padres,
profesores, entrenadores, y otras figuras representativas; y en forma
indirecta a través de los modelos ofrecidos por los medios de
comunicación, libros, revistas, películas, música, etc.
otros.
El liderazgo
proporcionado por el entrenador, es uno de los aspectos que puede
contribuir a que el deportista supere las barreras psicológicas que le
impiden conseguir un mejor rendimiento.
No existen rasgos identificables de
personalidad relativos a la categoría de liderazgo y a la eficacia del
mismo en todas las situaciones; si bien es cierto que hay deportistas
y/o entrenadores que estructuralmente tienen condiciones para ser
líderes, también es importante lo situacionalmente específico de ese
grupo, y en ese momento, para que dicho líder sea eficaz, ya que lo
disposicional hace referencia a aquella conducta asociada a un
entrenamiento dado, que puede variar de una situación a otra.
Muchos entrenadores (en forma errónea) dicen: "...esta
es la forma en que me entrenaron a mí, fue suficientemente buena para
mí, así que será suficientemente buena para ellos..." (los deportistas).
Esto quiere decir que muchos entrenadores
de hoy (y deportistas de ayer) repiten formulas que pueden haber tenido
resultado hace 15, 20 o 30 años atrás, y que hoy en general han quedado
obsoletas.
Por ejemplo en
las décadas del 60, 70 y también los 80, muchos entrenadores de fútbol,
se paraban frente a un grupo de jugadores, y proferían 4 insultos, 5
amenazas, o 6 gritos, y el grupo operaba (mas por temor que por respeto o
admiración). Hoy, en el 2000, un entrenador deberá fundamentar su
accionar, ya que seguramente habrá en el grupo mas de un integrante que
le plantee su disconformidad, (si es que utiliza alguno de esos viejos
métodos), que además de ser éticamente adecuado, es mucho más positivo
que un deportista sienta respeto y/o admiración por su entrenador, que
miedo, ya que el miedo genera dos posibles respuestas:
-
Parálisis.
-
Fuga.
Y en ambos casos son perjudiciales para la práctica
deportiva.
Asi que es preferible que uses la motivacion, el entusiasmo y el respeto juntamente con la amistad para crear un vinculo lleno de armonia desde el vestuario hasta el terreno de juego.
Bibliografía
- BALAGUER, Isabel (1994) Entrenamiento psicológico en el deporte. Albatros educación, Valencia.
- WILLIAMS, Jean (1991) Psicología aplicada al deporte. Biblioteca Nueva, Madrid.
- http://www.efdeportes.com
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